El arreo inteligente, un solo rodeo
Las vacas son animales que temen lo novedoso y se habitúan a las rutinas. Una buena comprensión de los patrones de comportamiento natural facilitará el trabajo con los animales.
Para reducir el estrés, los productores deberían trabajar de modo de habituarlos a una variedad de métodos calmos de manejo, incluyendo la gente a pie, o en vehículos (Temple Grandin, 2000).

El arreo de las vacas al ordeñe se hace al tranco de las vacas, desde la primera hasta la última. Esta regla de oro le permite al arriero inteligente administrar su tiempo, ejecutando otras tareas mientras las vacas caminan solas al tambo. Porque, por más que se apure a la última vaca, la que va primero no camina más rápido.
Nosotros creemos que corresponde jerarquizar la función, y reconocer que el miembro del equipo tambero que hace los arreos realiza un trabajo importante. Por empezar:
- Observa el remanente que han dejado las vacas.
- Ajusta con el carretel la próxima parcela.
- Trae la novedad al tambero jefe.
EL ARREO INTELIGENTE
El arriero llega a la parcela con una tarea programada, y con la herramienta. Además de colocar el nuevo carretel, puede cortar algún cardo, fumigar un manchón de sorgo de Alepo, tapar una cueva de peludos; hasta puede venir en el tractor con la fumigadora, para aplicar el antiempaste a la próxima parcela.
Su primer paso es entrar a la franja y bajar la vela. Junta las vacas, las hace levantar y caminar hasta el alambre. Ahí hace una pausa, de tan sólo 45 segundos. En ese momento la mayoría de las vacas harán una descarga masiva de orín y bosta. Todo queda en la parcela, y no en el callejón.
Luego, el arriero levanta la vela, y deja que las vacas caminen solas. Su tranco no pasa los 4 km por hora.
De modo que si hay 1000 metros hasta el tambo, el arriero dispone de por lo menos 20 minutos para hacer otra tarea.
El amigo Mel Eden, asesor neozelandés especialista en manejo de rodeo, nos inculca la regla de los 20 metros.

El arriero desinteligente termina así.
¿Qué es? “El arriero debe ubicarse a más de 20 metros de la última vaca”.
El error más común es andar atrás de las vacas. Esto produce dos consecuencias:
- Las últimas vacas vuelven a bostear cuando paran para entrar al corral.
- La moto termina rápidamente en el taller con el embrague roto.
El arriero inteligente termina su tarea, llegando al tambo justo a tiempo para encerrar las últimas vacas en el corral.